Artistas infantiles del festival ‘Kriatura’ irrumpen en la industria con demandas de fama, jamón y libertad artística
JEREZ – Lo que comenzó como un tierno festival para promover el talento juvenil se ha convertido en una revolución artística sin precedentes: los niños participantes en el festival ‘Kriatura 2025’ han tomado el control de la industria flamenca, instaurando nuevas normas, cobrando en chuches valoradas en bolsa y exigiendo libertad creativa para fusionar bulerías con reguetón noruego.
«Yo ya no actúo si no hay jamón ibérico de bellota en el camerino, y que esté loncheado por un profesional con título universitario», afirmó Manolito ‘el Menor’, de 6 años, considerado el nuevo “Niño de Elche pero con dientes de leche”. Según sus representantes —dos compañeros de clase y su profesora de plástica—, Manolito rechazó una gira mundial porque coincidía con su semana de exámenes de matemáticas.
El rider técnico de los jóvenes artistas incluye cláusulas inauditas: luces LED que cambien de color con cada quejío, zapatillas de flamenco con luces intermitentes, y “mínimo tres abuelas por camerino que aplaudan fuerte”. Las discográficas, aunque perplejas, están dispuestas a ceder. “Si no firmamos con ellos, lo hará Netflix”, lamenta un productor, mientras un niño le corrige el compás a palmas.
Rosalía, al enterarse del fenómeno, se mostró preocupada: “Uno de esos niños me retó a un ‘duelo de quejíos’ por Instagram y perdí en cinco segundos”. Fuentes cercanas afirman que ya estudia reconvertirse en profesora de primaria para estar a salvo.
Mientras tanto, los organizadores del festival han pedido calma: “Los niños están felices, pero uno ya pidió sustituir al alcalde. Otro quiere fundar el Partido Flamenco Popular (PFP)”. En Jerez ya se habla de una república infantil autónoma donde se canta por soleá desde la cuna.
Al cierre de esta edición, varios bebés de 10 meses se preparaban para abrir el festival del próximo año con un flashmob de tientos en pañales.